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XXII Cursa Vila Olímpica de Barcelona: 01/07/12


Hola, corredoras y corredores! 
El domingo 1 de julio de 2012 disfrutamos de una veraniega cursa en Barcelona. Vino a ser la última cursa del curso, por eso tenía especial interés en participar dado que entre unas cosas y otras sólo estuve en la cursa de la Mercè del 2011, en la que corrí aquejado de una fascitis que me duró unas cuantas semanas.
Se antojaba un día inquieto e imprevisible ya que no se sabía si al final tendríamos un calor bochornoso, o lluvia, o sol intenso. Las sensaciones a primeras horas del día fueron positivas, a pesar del sueño. Tuve tiempo de sobra para aparcar el coche y ver como estaba el ambiente. A las 8 de la mañana ya  se veían corredores en los bares de alrededor poniéndose a punto con un calentito café, incluso había alguno que se ponía al corriente de la actualidad leyendo la prensa matutina. En general, la expresión de los atletas era de entusiasmo y concentración. Pensé que debe hacer ilusión correr por dónde hace años se alojaron los atletas de las Olimpiadas del 92.
Antes de hacer estiramientos y calentar decidí ir al lavabo. Me llevé una sorpresa agradable cuando al entrar en el pabellón me encontré a Paco, Ramón, Mercè…mientras los saludaba caí en la cuenta de que debía haber avisado de mi asistencia a la cursa. Me enteré de que era el cumpleaños de Paco, le desee una buena carrera, un buen cumpleaños y un buen día. Al final dejé la cola del lavabo y me fui a hacer estiramientos y calentar. La verdad es que se veía gente por todas partes. Era llamativo y vistoso ver una amalgama de colores de todo tipo. Había camisetas azules, verdes, rojas, blancas. Una marea colorida, aunque no se trataba del “orgullo g”.
Faltaba cinco minutos para que dieran las 9 de la mañana, la hora de comienzo de la cursa. Tomé posiciones y me dispuse hacer una buena carrera. Al final no me hizo mucha falta ponerme el pañuelo en la cabeza porque no hizo mucho sol. Se veía unos cuantos corredores que llevaban gorra, e incluso gafas de sol, a pesar de que el día estaba nublado. Correr por avenidas anchas es agradable, aunque haya mucha gente siempre encuentras tu espacio. Me costó un poco tomar la medida a los primeros dos kilómetros, al principio anda uno un poco despistado. Las piernas respondían bien e iba cogiendo ritmo. Me fijé que me adelantaba poca gente, claro está que la mayoría de la marea iba por delante.
A los corredores y a mí nos gustó que no hiciera el previsible sol de justicia que se ha dejado notar la semana pasada, se corre mejor, más suelto y ligero. La zona que me resultó más agradable y placentera fue cuando corría viendo el mar, daba una sensación relajante y distraída. Cuando cruzamos el puente y dejamos la zona de mar me resultó más ardua la carrera. El avituallamiento en el kilómetro 5 fue un bálsamo para mí, levanté la mano con la botella de agua en señal de agradecimiento a los voluntarios (no sé si me entendieron!). La carrera se iba estirando cada vez más, uno que tuviese buen fondo podría hacer millas sin apenas obstáculos, la marea humana se había convertido en el kilómetro 7 en una riera. Pensé que era un buen momento de la cursa para ganar tiempo y posiciones, pero como siempre la última palabra la tenían las piernas (y estaban haciendo lo que podían). En los 2 últimos kilómetros aumenté ligeramente el ritmo (al menos esa fue la sensación que tuve), ayudó en éllo la bajada hacia la avenida Icaria. En la última recta hice lo más parecido a un sprint, lo curioso es que a los demás corredores no se les veía con ninguna intención de participar y añadirse a dicho esfuerzo final. Al poco tiempo de llegar a la meta empezaron a caer las primeras gotas de lluvia, resultaron tonificantes en ese momento. En la cola para recoger la bebida isotónica powerade habían delante dos iaios que se quejaban de que había gente que iba por la acera y que ganaban tiempo de una forma poco “deportiva”, me sorprendieron la verles tan frescos, con aliento para comentar “la jugada” y con ganas de dar una lección a los jóvenes.
El colofón agradable de la carrera fue la comida en el CAVAMAR para celebrar el cumpleaños de Paco, un rato ameno, distendido y descansado.

Los peques también participaron en la cursa, y están en forma.
Clara y Daniel, entusiastas y constantes, hicieron la cursa de 1 kilómetro. El incansable Miquel corrió la cursa de 300 metros. Seguid así campeones!.

Buen verano a todos, un abrazo y nos vemos pronto!.
PACO SÀNCHEZ

Ramon Bosch         40:41
Alba Cucurella        52:32
Francisco Rueda     53:21
Mercè Masip           55:16
Mercè Morillas        55:36
Toni Mira                55:36
Paco Sánchez        1:01:33